La Reforma Universitaria de 1918 representó uno de los hechos sociales más importantes de América Latina en el siglo XX derribando barreras ortodoxas e ideológicas que impedían el libre pensamiento en ámbitos académicos conservadores y elitistas impulsando prácticas y políticas democráticas que trascendieron el claustro y significaron un suceso social revolucionario.
El movimiento reformista ha defendido la autonomía universitaria, el cogobierno, la participación de los jóvenes graduados, la asistencia libre, las cátedras paralelas y libres, los concursos públicos de docentes, la extensión universitaria y su vínculo con el medio y la sociedad, la investigación, la no limitación al ingreso, la gratuidad de la enseñanza superior, la agremiación estudiantil, y fundamentalmente ha tenido como protagonista al estudiante.
Hoy la idea de democracia universitaria es el pilar jurídico y político sobre el que se establecen las relaciones entre el Estado Nacional y las Universidades.
La Universidad Pública y Gratuita asume el compromiso constante de formar profesionales críticos donde la premisa de desafiar constantemente el status quo aparece como el camino para «un futuro mejor»
